miércoles, 10 de noviembre de 2010

El cardenal golpeó mi barrio

Las bombas lacrimógenas despertaron el barrio donde crecí. Las vecinas pensaron que eran juegos de pólvora pero la voz se corrió inmediatamente: eran bombas lacrimógenas. El cardenal Oscar Andrés Rodríguez visitaba la escuela Italia. Una pequeña escuela con incipiente infraestructura y poco mobiliario ubicada en medio de los dos sectores de la colonia Oscar A. Flores: mi barrio. Muchos de mis amigas y amigos, quienes lideran hoy la resistencia de la colonia, asistieron a esa escuela. Por eso, concientes de lo que significa la presencia de tan nefasto personaje, salieron en pijama de sus casas espontáneamente a protestar por su presencia, pero el cardenal no iba solo: como cualquier mafioso resguardado por este régimen, se hizo acompañar de los escuadrones de la policía quienes sin pensarlo arremetieron contra las y los manifestantes en pijamas. Mi hermana me llama alterada y al darse cuenta que les estaban golpeando decide no subir. Sin embargo, por el callejón de la casa de mi madre corren los manifestantes escapando de las garras del cardenal y la fuerza policial que llegaron a invadir un territorio que lucha por refundar este país porque vive, día a día y en carne propia las consecuencias de las inequidades sociales.

Es difícil describir lo que me provoca ver las imágenes mostradas a través de Cholusat Sur: En primera plana muestran a Raúl siendo brutalmente golpeado por los policías y mi alma se comprime al recordar su sonrisa el sábado pasado cuando platicaba con mi hermana frente a la casa. Su hermana Rebeca intenta hablar con un policía que sin volver a verla comienza a darle con el tolete, su padre interviene y las imágenes continúan… señoras, niñas, niños, chavas y chavos recibiendo gases y siendo golpeados con bombas en la cara. Quiero salir corriendo a proteger mi territorio, mi gente, mi barrio. El barrio que me vio crecer; que acunó en sus esquinas mis cipotadas, curiosidades, amores, dolores y juegos. El barrio que el cardenal y todos sus secuaces golpean con su presencia, sus toletes, sus bombas, su brutalidad y su descaro. Denuncio públicamente al Cardenal Oscar Andres Rodríguez y a este régimen por violar nuestros derechos continuamente, por golpear sin piedad a las personas que habitan la colonia Oscar A. Flores, por mantenernos en medio de esta dictadura que al igual que en la edad media, en un país laico, la iglesia de la mano con la policía intentan callar las voces de un pueblo que se levanta. Y exijo una disculpa pública a las y los pobladores de este y todos los barrios que intenten invadir. Les recuerdo que no habrá ni olvido ni perdón y que por más que traten

¡NO NOS CALLARAN!

Daysi Flores, Feminista en Resistencia

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