martes, 23 de marzo de 2010

Honduras tiene el nombre misterioso de nuestras rebeldías.

Es un cuerpo herido que combate sin tregua,

que vuelve el dolor y el cansancio coraje;

que hace gritos del silencio, y estrellas de las ausencias.

Honduras es un cuerpo atravesado por sueños de libertad,

que se atan y desatan cotidianamente;

que se despedazan y se reúnen en su incesante marcha.

Honduras es un cuerpo que guarda la memoria

de las resistencias de los pueblos originarios,

la mística libertaria del pueblo garífuna,

la creatividad feminista,

la capacidad de desafío de las disidencias sexuales,

la valentía de los pueblos insurgentes que se enfrentan al poder.

Honduras es un cuerpo latinoamericano que ama, pelea, cuida, y se rebela.

Es una semilla que crece en tierra arrasada.

Es una voz, muchas voces que dicen la palabra verdadera.

Es una enorme hoguera quemando mentiras.

Es una trampa tendida a la prepotencia imperial.

Honduras es un poema escrito con sangre.

Es una canción desentonada afinada en el canto colectivo.

Es una bandera que nos envuelve como el cielo, como la tierra.

Es una pasión de libertad.

Es nuestro desafío de nunca más.

Nunca más golpes. Nunca más dictaduras.

No queremos una democracia de mercado.

Queremos bailar la danza de los pueblos libres marcando el ritmo de su historia.

Tercas ternuras dibujadas en la piel de Honduras. Claudia. Marzo 2010

Claudia Korol

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